El consejero de
Salud, Boi Ruiz, compareció ante el Parlamento a principios de febrero para
hacer algo poco frecuente en estos tiempos: dar una buena noticia. Según Ruiz,
el número de personas que esperaban para ser operadas de alguna de las 14
intervenciones garantizadas había descendido un 12%. También lo había hecho el
tiempo medio de espera, según explicó el consejero, en un anuncio que dejó a la
oposición perpleja. ¿Cómo es posible mejorar las listas de espera al tiempo que se
aplican unos durísimos recortes? La respuesta es: con trucos contables,
presentando solo los datos más favorables y olvidando los peores.
Y algunos datos son negros. El tiempo medio de espera de las personas
operadas aumentó un 35,7% en un solo año, entre diciembre de 2011 y diciembre de
2012, según la información publicada por Salud días después de la intervención
del consejero. En 7 de las 14 operaciones cuyo tiempo de espera máximo está
garantizado por ley (seis meses), Salud ha incumplido ese límite. Es el caso de
las intervenciones de prótesis de rodillas y cadera, con un efecto muy
importante sobre la calidad de vida de los pacientes, el tiempo medio de espera
ha sido de 9,7 y 7,6 meses, respectivamente. La espera para la operación de
varices ha aumentado un 50%...
La publicación de estos datos ha estado rodeada de polémica. El aumento de
las listas de espera desde la aplicación de los recortes es un quebradero de
cabeza para el departamento, al tratarse de uno de los efectos más visibles del
tijeretazo. Quizás por ello Salud decidió en la última actualización
semestral dar un dato nuevo. En lugar de publicar el tiempo medio de espera de
los pacientes ya operados —que ha aumentado para las 14 intervenciones—, hizo
público otro parámetro: el tiempo medio de espera de las personas pendientes de
ser operadas, este mucho más favorable, ya que en diciembre había descendido
para todas las operaciones una media del 15,9%.
El indicador informa de cuánto llevaban esperado en diciembre de 2012, cuando
se hace esa foto fija, los pacientes pendientes de operación, en comparación con
los pacientes que esperaban una operación en diciembre de 2011. Es una medida
cuestionable para valorar las listas de espera. “Ese parámetro es un futurible,
que en todo caso te indica cómo puede evolucionar el problema. Es el otro
parámetro el que refleja la realidad, lo que ha sucedido de verdad”, argumenta
Marian Rodríguez, de la Plataforma de Afectados por los Recortes Sanitarios
(PARS), el grupo que descubrió la estratagema. Solo después de la denuncia de la
PARS en un blog, Salud modificó la primera versión del documento e incluyó el
segundo parámetro.
La consejería defiende que ha priorizado la intervención de las personas que
llevaban más tiempo en la lista y que ha conseguido disminuir la cantidad de
pacientes que esperan una operación. Después de un 2011 “anómalo”, el número de
pacientes que esperan una operación es de 70.800, unos 9.700 menos que el año
anterior, defendió el departamento. Para Josep Vendrell, portavoz de Sanidad de
ICV, la situación sigue siendo “muy grave”. “Exigimos al consejero que
comparezca de forma inmediata para explicar si hubo voluntad de maquillar esos
datos”, declaró Vendrell. La exconsejera de Salud, Marina Geli, mostró su
sorpresa por la utilización de ese nuevo parámetro y pidió “claridad” al
departamento en las informaciones que publica. “Han quitado de la página web el
histórico de las listas de espera”, denunciaron tanto Geli como los miembros de
la PARS.
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