¿Crisis? ¿Qué crisis? Los cafés, las terrazas, los restaurantes no se quedan vacíos, los turistas se atropellan en los aeropuertos alemanes, se nos habla de récords de exportaciones, de que el paro disminuye. La gente bosteza ante la “cumbre” política de cada semana y las oscuras disputas de los expertos. Todo esto parece desarrollarse en una retórica vacía llena de discursos oficiales ininteligibles que no tienen nada que ver con la llamada vida real.